sábado, 15 de agosto de 2009

Edades

Estoy de cumpledías y quien más para acompañarme que Mario, que ya no está.

Vaya a saber cuátos quinquenios
lentamente lentamente
se introdujeron en mi edad
como testigos / como ojos
y una sencilla resignación

en ese cándido costal
uno guarda / cuando se acuerda
cuatro sonrisas y un viejo llanto
pero los años y sus vestigios
son cicatrices como tatuajes

voces que apenas si se intuyen
silencios sumergidos en lagunas
pero la edad se va nutriendo
de aprendizajes y delirios

vaya a saber cuántos amores
fueron modestos amanuenses
que prometieron un futuro
que luego quedó en nada

la edad ocurre lentamente
no cambia de color la sangre
tan sólo es más experta en su calvario

los años nos arrugan
sabemos que el espejo nos condena
que un día estará vacío
de nosotros y también de los otros

el débil curso terrenal
no es gratuito sino obligatorio
a todos les alcanza
el estribillo final / único
aunque se nieguen / nos negamos
a escucharlo

la edad ocurre como un tobogán
y allí no vale ningún amuleto
los años no son buenos auxiliares
nos miran de reojo
como quien dice adiós
en una despedida intransferible

y un poco más allá /´sólo un poquito
la muerte nos espera
con los brazos en jarra
y no nos queda más remedio
que despertar al mundo
para decirle chau

Gracias Mario

JEM

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