miércoles, 29 de abril de 2009

La muerte, esa sorpresa (Rally de escritores)

El vehículo tenía vidrios muy oscuros, no podía ver más allá de mi mano, las constantes detenciones del vehículo me recordaban la complejidad del tráfico caraqueño, que más se puede pedir para un martes en el que las personas queridas se visten de negro, creyendo que mientras más negra sea su ropa, más dolor, cariño o que se yo, demuestran por ese ser querido que hoy tenía su cita con la capilla 2 del Cementerio del Este.

El automóvil parece dejar de contaminar, llegamos al estacionamiento más triste de Caracas. No quiere decir esto, que los desdichados conciudadanos visitantes y propietarios del Cementerio General del Sur sientan menos tristeza, simplemente el estacionamiento (si es que así puede llamársele) funciona diferente, quien estaciona el carro a su llegada no es el mismo que lo enciende a su partida, es cosa de dos lo de los automóviles en el Cementerio General del Sur.

Había de todo, los que lloran ruidosamente, los que tienen anteojos oscuros, los que se niegan a llorar, los que fueron a almorzar, los que son adictos al café, los extraños, los extraños que tratan de dejar de serlo, la familia, los viejos amigos que se reencontraban, los que hablaban de trabajo, los inconsolables, los consoladores y los que lloran de verdad, aquellos a los que debió ver Girondo cuando escribió “Llorar a lágrima viva”, aquellos que lloraban todo el insomnio y todo el día, es decir, unos tres o cuatro.

Al enfilar la rampa y ver la confluida capilla 2, me llamó desesperadamente la atención la situación del señor Meller, el inquilino de la capilla 1, pues solamente lo acompañaba un joven de unos 30 años, con un único gesto de tranquilidad que me agobiaba. Pensé en ofrecerle agua, almuerzo, café, té, limonada, también visitantes, pues conocía a la gran mayoría de los que estaban en la capilla 2 y compartir dolientes no era tan descabellado, total las personas acuden al cementerio a ver una urna, en muchos casos cerrada, por lo que no hacía mayor diferencia la urna que vieran. Luego pensé en ofrecerle “mi más sentido pésame”, esa execrada frase de bolsillo que tus padres te enseñan a decir cuando estas chico y muere algún familiar, ¿tan complicado será enseñar a querer?, inmediatamente deseche la opción. También pensé en excusar a los que no habían llegado, la lluvia en Caracas tiene esa capacidad de aglutinar masas que todo político quisiese, pero como nunca me gustaron la excusas, simplemente opté por sentarme en una de las muchas sillas vacías de la silenciosa capilla 1, en donde como siempre volví a cuestionar la existencia de ese Dios tan oficioso.

Ya no sentía hambre, ni sed, ni sueño, sólo sentía compasión por mi desconocido amigo Meller y su solitario acompañante. De pronto, pude observar que los visitantes del vecino se disponían a abandonar la capilla para iniciar ese acto de masoquismo religioso que paradójicamente deviene en el beneficio económico de unos pocos, dueños de la tierra en la que todos aspiran empezar el viaje al descanso eterno, es curioso que hasta el sacerdote que implora por ese descanso eterno y por la libertad de todo mal, sea un servicio que se tiene que pagar, la muerte es esa mercantilista despechada que siempre nos visita y como buena mercantilista tiene un gran poder de convencimiento, pues siempre nos lleva con ella.

Le quedaban algunas horas a Frank (ya podía decirle así al señor Meller) para acudir a la misma cita, por lo que internamente le desee buena suerte y le di mi hasta luego. Una vez bajo la lluvia, el sacerdote honró sus honorarios y pronunció palabras vacías que se llenaban con lágrimas y flores, fue entonces cuando cayó la flor que cuidará mi pasado. Siempre supe que no asistiría a mi funeral, pero ahora todo está tan oscuro y frío, sólo se escucha el sonido de la tierra, ¡Dios mío!…

JEM.

Sabían que...

Sabían que, lo CD´s de música fueron diseñados inicialmente con una capacidad de 74 minutos, por que esa es la duración de la Novena Sinfonía de Beethoven.

Saludos,

GBA.

PD. Entonces Jordy! en que andas?

miércoles, 22 de abril de 2009

Pachamama nuestra.


Pachamama o más usualmente pacha (del aymara y quechua, pacha: tierra y, por extensión bastante moderna "mundo", "cosmos"; mama: madre -es decir "Madre Tierra" ) es la gran deidad, entre los pueblos indígenas de los Andes Centrales de América del Sur -Wikipedia-.

Hoy se celebra el día mundial de la Tierra, como vivimos en ella y sin ella no somos nada, considero necesario hacer mención y "celebrar" de alguna manera este día.

Pachamama, en un sentido profundo entiende a la Tierra como un todo, hace de ella una deidad, habitual y nuestra, una deidad con la que interactuamos de manera inmediata, directa y presencial, con la cual estamos obligados a relacionarnos permanentemente, en una dialogo que va desde pedirle algo o por el contrario, y lo cual creo que deberíamos hacer mas seguido, especialmente en el día de hoy, disculparnos con ella por las faltas que hemos cometido.

Por ser una divinidad protectora pues protege a los hombres, permite y posibilita la vida, cuida y favorece la fecundidad, así como la fertilidad, se nos pide a cambio de su ayuda y de su protección, que le hagamos ofrendas. Lamentablemente vivimos en un mundo donde las ofrendas se han convertido en lanzar basura, en desperdicios, sucio, en una contaminación dantesca, estamos asesinando a la Pachamama, a la Madre Tierra -con intención- pues sabemos lo que hacemos y no hacemos nada al respecto para detenerlo.

No pretendo con estas líneas pedirles sacrificios como los que se realizaban en la antigüedad , sacrificios que iban desde sacrificar, valga la redundancia, camélidos para así derramar su sangre, hasta ofrecer hojas de coca, conchas marinas, o fetos de llamas, pues creo que la evolución que ha tenido la humanidad nos evita llegar a este tipo de ofrendas; pero por otro lado creo que también, así como evoluciona la humanidad, es probable que las ofrendas también evolucionen, creo que una buena y verdaderamente fácil ofrenda sería comenzar con no tirar basura en las calles, en los parques, en las playas, podríamos comenzar hoy, tomándolo como ofrenda si se quiere, pero tratando en lo sucesivo de hacerlo diariamente.

Siempre me he preguntado como es posible que una persona que se encuentra en la Gran Sabana –uno de los lugares más bellos en la Tierra- pueda lanzar con intención una lata de coca-cola o una bolsa de platanitos en la caída de una cascada, como sin importarles ni un poco dejan toda la basura producto de su estadía, sin remordimiento, sin dolor, y me pregunto ¿es que acaso no les da asco y malestar llegar a un sitio como la piscina y encontrarla llena de basura? O ¿no les produce el mismo sentimiento irse de ahí dejando toda la basura regada en el suelo?. Y este mismo ejemplo va con las playas, con el Ávila, con los parques, con las calles de nuestras ciudades, en general con nuestro país. Amigos tengamos un poco de conciencia.

Así pues, creo que hoy es un buen día para empezar, dejar de tirar basura y contaminar.

Hoy es un buen día para devolverle el favor de la vida a la Pachamama.

Saludos,

GBA.

* Aprovecho para disculparme, pues pretendo publicar este mismo post en mi otro blog.

martes, 21 de abril de 2009

Reflexiones post robo

Esto es lo que dice la RAE de la palabra rebelde:
1. adj. Que, faltando a la obediencia debida, se rebela (‖ se subleva). U. t. c.
Yo no me considero rebelde, ni un poquito, de verdad, me gustan las leyes y me gusta cumplirlas.
Sin embargo, hay leyes que no me gustan. Las circunstancisa te llevan a obedecer ciertos dictámenes para que cuides de tu vida y la de las demás.
Pero no voy a seguir hablando de leyes, porque voy a salir perdiendo porque éste es un blog llevado por abogados; a lo que quiero referirme es a esas normas y "deber ser" que no están escritos en una gaceta o en un librito, pero que si no cumples, tendrás un castigo.
En Caracas HAY que ir encerrado en su carro, con los vidrios arriba, con las cosas escondidas y viendo para todos lados, sino llegan Budú o Nigga o Trece y caíste. ¿Quién no cumple esa norma?... Moi.
No la cumplo, no la he cumplido y no la cumpliré, por eso pagué la consecuencia esperada: Me robaron. Un choro sin pistola, chiquitico y que hasta se rió conmigo por unos 3 segundos rarísimos, hasta que arrancó su moto y se fue con mi teléfono.
Son los motorizados y todos los ladrones, los que han impuesto esta nueva ley de claustro a cuatro ruedas... Y ¡no! ¡no vale! yo no voy a andar encerrada... ¡Me da fastidio! ¡Me da claustrofobia! No me quedará otra que hacerme pana de los motorizados choros, de tener una cajita de ahorros para nuevos celulares y algunas botellitas de valerianas para pasar los sustos que vendrán, pero ME NIEGO a vivir encerrada. Perdón mamá, perdonen todos los que se preocupan genuinamente por mí, pero a mí me gusta mucho el aire que me pega en la cara mientras manejo y me gusta sacar el brazo por la ventana cuando rueda el carro, por esas cosas tan simples me rebelo contra esa norma de encierro que los malandros han impuesto.
Así que voilá, fíjense cómo comienza un acto de rebeldía: Todo pasa cuando actúas bajo tus propias reglas, haciendo lo que te haga sentir mejor, sin importarte las consecuencias.
Me ca** en los motorizados y sus ínfulas de ladrones... Me da tristeza pensar en el estado que tiene que estar otra persona para robar a otra... Me da miedo que me roben, pero igual seguiré manejando con el vidrio abajo... De ahora en adelante me consideraré rebelde (aunque sea un poquito) pero con una causa y por el simple hecho de no subir el vidrio (qué incoherente)... Me le rebelo a los ladrones... Y sigo pensando una cosa que pensaba antes de que me asaltaran: Creo que hoy en día, y en Venezuela, un ladrón es más honesto que un policía; por lo menos ellos no se disfrazan de autoridad y, a pesar de todo, asumen su rol sin escudarse en un uniforme.
Disculpen en desorden de ideas... Todavía estoy en shock.

Viejo pedazo de tierra

Gerardo, estamos a la espera de tus cuentos sobre Europa.

Un abrazo

JEM